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domingo, 18 de agosto de 2013

Balantiocheilus Melanopterus - Tiburón bala

Los conocidos Tiburones bala son unos ciprínidos de gran tamaño muy comunes en acuarios domésticos a pesar de que, en su hábitat natural, se encuentran en peligro de extinción. En muchísimos casos no son mantenidos en las condiciones idoneas, por lo que mueren prematuramente o son sacrificados al matar a todos sus compañeros de acuario, algo que es demasiado común. Son peces oriundos de Asia, concretamente de los ríos Mekong y Chao Phraya, donde viven en aguas bastante movidas en bancos de varias decenas de individuos, moviéndose en todos los niveles del agua y acechando a sus presas predilectas: Insectos, anfibios y pequeños peces.

Su cuerpo está bastante comprimido lateralmente en la fase juvenil, aunque a medida que crecen se vuelve algo más cilíndrico. Su boca es ligeramente ínfera, y está provista de pequeños dientes. Sus ojos son muy grandes en comparación con su tamaño, y las aletas, muy rígidas y largas, poseen potentes músculos basales que les permiten nadar muy rápido. Su coloración consiste en una base plateada muy brillante, con el vientre blanco y el dorso negruzco y los bordes de las aletas (tanto los terminales como los que se unen al cuerpo) de color negro azabache. Los juveniles no poseen colores claros ni negros en el cuerpo, y los bordes negros de las aletas son mucho mas delgados. El dimorfismo sexual, sólo visible en ejemplares completamente desarrollados, queda patente por el mayor tamaño e hinchazón ventral de las hembras. En acuario raras veces sobrepasan los 20 centímetros y los cinco años de vida, aunque en la naturaleza llegan al medio metro de largo y a los veinte años de vida.
Aunque se mantienen en acuarios muy pequeños (incluso de menos de 20 litros) hay que dejar claro que son peces muy grandes y activos que requieren muchísimo espacio para vivir en perfectas condiciones y durante más tiempo. Cada ejemplar requiere unos 500 litros de agua, y como deben mantenerse en grupos de seis peces como mínimo, se necesitan acuarios (mejor estanques) de 3000 litros de capacidad. Como sus parientes los Barbos, requieren aguas bien agitadas y con mucho oxígeno, así como una densa maraña de plantas acuáticas o adornos voluminosos en los que puedan refugiarse en caso de necesitarlo. No son excavadores ni devoradores de plantas, aunque con los desplazamientos fulmíneos que realizan por todo el volumen de agua pueden desplantar los vegetales menos asentados. Son, además, excelentes saltadores, capaces de realizar altos saltos fuera del agua en situaciones de sustos, llegando a caer fuera del agua, por lo que hay que tapar bien el acuario o el estanque. No muestran problemas para adaptarse a las condiciones del agua, tolerando valores de pH entre 5 y 9, durezas entre 0 y 40 ºdGH y temperaturas comprendidas entre 23 y 33 ºC. El nivel de nitratos debe mantenerse por debajo de 50 ppm y los nitritos y el amoniaco a 0 ppm. Aunque se adaptan bastante bien a volumenes restringidos de agua y que soportan relativamente bien errores típicos del cuidado de acuarios, son muy sensibles al estrés (producido principalmente por vivir en tanques demasiado pequeños), en presencia del cual contraen todo tipo de problemas parasitarios, siendo especialmente sensibles al blanqueamiento de los ojos.
No son nada recelosos a la hora de alimentarse, aceptando sin problemas todo tipo de piensos (secos, liofilizados, vivos y congelados). Para que se mantengan sanos es necesario que su dieta sea equilibrada, algo que se consigue alternando por igual tomas de alimentos secos, congelados y frescos a base de verduras y proteínas. Si falta algún componente vegetal en su dieta es normal que devoren las plantas acuáticas, y si faltan proteínas devoran a cualquier pez que entre por su boca. Son muy voraces y no conviene sobrealimentarlos para evitar problemas de obesidad, a la que son muy sensibles.
Si se mantienen en las condiciones adecuadas de volumen y en grupos suficientes se trata de peces muy pacíficos y sociables que no atacan a ninguno de sus compañeros de acuario a menos que sean demasiado pequeños para ser engullidos. Los peces demasiado tranquilos o lentos pueden estresarse enormemente o quedarse sin alimento debido a la hiperactividad de estos peces plateados. Pueden ser asociados con otros peces que no puedan devorar y que no sean excesivamente tranquilos ni territoriales (algunos Cíclidos, otros Ciprínidos de gran tamaño como los Koi, Plecos, Ancistrus, ...). Son muchos los aficionados que los mantienen en acuarios de 50 litros junto con Neones y demás pezqueñines, a los que acaban devorando. También suele ser desgraciadamente corriente el hecho de que se conviertan en peces extremadamente agresivos al vivir en acuarios tan pequeños, lo que les lleva a exterminar a toda la población íctica de su acuario. Aunque, como he dicho antes, si se mantienen en grupo y en volumenes apropiados, son de los peces más pacíficos que hay.
Se sabe que en su hábitat natural se reproducen comunitariamente expulsando los productos sexuales en mitad de la columna de agua. La corriente dispersa los huevos fecundados por distintos lugares, dejándolos expuestos a los depredadores o a la desecación fluvial, según el lugar en el que acaben. La eclosión se produce al cabo de dos días, y los pequeños alevines se mantienen en grandes cardúmenes al abrigo de las plantas o rocas grandes alimentándose de microorganismos. Crecen con bastante rapidez. No se tiene ningún dato de que su reproducción se haya conseguido en cautividad.


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