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viernes, 10 de mayo de 2013

Pterophyllum Scalare - Escalar

Conocido comunmente como Pez Ángel, el Escalar es un cíclido suramericano muy abundante en la extensa cuenca del río Amazonas, dónde puede ser encontrado en el área comprendida entre los países de Perú, Brasil y Colombia. En este hábitat, cuyas condiciones pueden variar considerablemente, viven en grupos mas o menos numerosos que están dominados por el pez más grande y viejo, o bien por una pareja dominante que controla todos los movimientos del grupo y los turnos de comida y vigilancia de cada individuo. No se suelen alejar de los amontonamientos de plantas acuáticas y troncos sumergidos, donde se refugian de los depredadores de los ríos Amazónicos, en particular de las Pirañas, viviendo con frecuencia acompañados de otros cíclidos gregarios como los Discos o los Mesonauta Festivus.


Su morfología es muy inusual entre los peces, y consiste en un cuerpo fuertemente comprimido lateralmente y unas aletas dorsal y anal muy largas, tanto que el pez puede medir lo mismo de alto que de largo, y unas ventrales filiformes y más o menos alargadas segun el ejemplar. Su aleta caudal presenta unas prolongaciones filamentosas en cada lóbulo. Sus ojos son de medio tamaño, y su boca, protáctil, súpera y de gran tamaño, les permite devorar grandes porciones de alimento. El escalar original tiene una coloración básica de color blanco brillante, atravesada verticalmente por hasta 4 franjas negras de unos 5 - 6 mm de grosor y, en ocasiones, alternadas con otras de color marrón verdoso del mismo grosor. Ambos tipos de franjas se prolongan hasta las aletas dorsal y anal, pero conservando un color mucho menos intensos, normalmente difuminados por marrón y amarillo anaranjado alternados. Las aletas ventrales son generalmente blancas, aunque el tejido interradial minúsculo que las une al cuerpo suele tener un color similar al corporal. La aleta caudal es generalmente transparente, atravesada longitudinalmente por pequeñas rayas marrones. Las aletas pectorales son incoloras. Gracias a la cría selectiva se han conseguido, a lo largo de varios años, variedades de colores que nada tienen que ver con el original (cuerpo negro, marrón o amarillo mezclado con manchas blancas, amarillo, negro o blanco monocromáticos, manchas de varios colores, etc...) que, si bien tienen una coloración espectacular, presentan problemas crónicos de raquitismo corporal, aletas pequeñas (especialmente las ventrales) y mayor sensibilidad a las enfermedades. Pueden alcanzar un tamaño de 15 cm (tanto de alto como de largo) y vivir hasta 15 años en un acuario. El dimorfismo sexual sólo es visible cuando se reproducen: El espermiducto del macho acaba en punta, mientras el oviducto de la hembra es cóncavo.
Se trata de peces muy mantendios en acuarios domésticos por su belleza, su relativa resistencia y su adaptabilidad a distintas condiciones acuáticas. Para que se encuentren totalmente cómodos es muy recomendable mantenerlos en grupos de unos 5 o 6 individuos, con 50 litros para cada pez. Es decir, un acuario de 300 - 400 litros es apropiado para ellos. No les gustan las aguas excesivamente movidas ni demasiado turbulentas, y aprecian una buena maraña de plantas acuáticas y troncos donde esconderse en caso de necesitarlo. Ciertas plantas como las Echinodorus y algunas piedras plantas dispuestas verticalmente son indispensables para que pongan sus huevos. Aprecian un sustrato oscuro y una iluminación ténue o tapizada por plantas flotantes (Riccia, Lemna, Pistia, etc...). La temperatura del agua se situa entre 24 - 32 ºC, el pH de entre 6 y 8 y la dureza entre 1 y 30 ºdGH, siendo las aguas ácidas y blandas sus preferidas y estimulantes para reproducirse. Pueden llegar a tolerar hasta 100 ppm de nitrato y 10 de nitrito y amonio, pero no es nada aconsejable puesto que su sistema immunitario merma mucho aumentando las probabilidades de infecciones de todo tipo. Una tasa de nitratos menor que 20 ppm y 0 tanto de nitritos como amoniaco es lo mejor, debiendo realizar frecuentes sifonados del sustrato y cambios de agua periódicos (al menos cada siete días), pues producen cantidades considerables de desechos. Temperaturas por debajo de 22 ºC hacen que se deterioren rápidamente contrayendo todo tipo de enfermedades. Filtrar con turba es muy beneficioso para ellos.
Su alimentación no plantea ningún problema, aunque algunos ejemplares (especialmente adultos) rechazan el alimento al llegar al acuario durante un tiempo e incluso no comen nada, en cuyo caso mueren sin remedio. Para que esto no ocurra es fundamental tener bien planificada la población del acuario o, mejor aún, introducirlos en primer lugar. Se les puede alimentar con escamas, granulados, vivos, congelados y liofilizados, y les es especialmente beneficioso un considerable aporte vegetal en forma de escamas para Guppies, verduras y hortalizas cocidas. Si no reciben ningún aporte vegetal devoran las algas verdes del acuario.
Uno de los aspectos sociales más llamativos de esta especie es su bipolaridad, mostrando dos comportamientos muy diferentes según cada ejemplar. Algunos Escalares se muestran tímidos y asustadizos ante todos los habitantes, a los que incluso llegan a defender de nuevas adquisiciones e incluso de las redes y manos de personas. Si son demasiado tímidos pueden ser atosigados constantemente por peces mucho más pequeños que ellos o totalmente pacíficos. En cambio, otros individuos tienen un comportamiento extremadamente agresivo, atacando e incluso matando a cualquier pez que entre en el acuario o esté ya en él en el momento de su llegada (en casos extremos ni si quiera llegan a aceptar a una posible pareja reproductora), debiendo en el peor de los casos mantenerlos totalmente solos como si de un Terror verde o una Tilapa se tratase. Se puede inferir fácilmente el tipo de conducta observando al ejemplar deseado en la tienda. Si ataca constantemente a todos los demás peces, es peligrosa su asociación, y si se deja atacar o intimidar todo el rato, igual. Lo ideal es un punto medio entre ambas cosas. Sea cual sea el caso, es imprescindible no mezclarlos con peces demasiado pequeños a los que pueden devorar rápidamente a menos que estén en la pecera antes que el Escalar o que hayan crecido juntos (aun así no se garantiza el éxito), con peces demasiado robustos y fuertes (como muchos otros cíclidos) o que tiendan a morder aletas (muchos Barbos). Lo ideal es mantenerlos junto a algunos tetras de mediano tamaño y carácter pacífico (tetra fantasma rojo), peces de fondo tranquilos (Corydoras, Otocinclus, etc...) aunque evitando aquellos que succionen la mucosa de sus cuerpos (Girynocheilus Aymonieri) e incluso otros peces de mayor tamaño y de temperamento tranquilo (Discos, Heros Severus, Mesonauta Festivus, ...). Se deven evitar peces demasiado nerviosos o demasiado rápidos que los estresan y, especialmente, los Goldfish, con los que son con demasiada frecuencia mezclados. Si se quieren mantener en grupos se deben introducir todos sus componentes al mismo tiempo y en su etapa juvenil. Los machos son muy territoriales entre ellos, y en el transcurso de los combates que mantienen por el territorio emiten con sus mandíbulas unos chasquidos perfectamente audibles. Son especialmente sensibles, en situaciones de agobio, a la podridura de aleta y otros problemas bacterianos similares.
Su reproducción no es demasiado difícil de lograr si cumplimos ciertas condiciones previas. En primer lugar se debe formar la pareja desde sus fases juveniles, por lo que se debe empezar con varios jóvenes hasta que dos de ellos muestren claras señales de amor. Una vez se desee se les traslada a un acuario de cría bien provisto de plantas de hojas anchas (siendo las Echinodorus las más preferidas por estos peces), con agua muy ácida y blanda (pH entre 5,5 y 6 y dureza menor a 3 ºdGH) y a una temperatura cercana a 27 - 28 ºC. Tras varios días de alimentación a base de presas vivas o congeladas, ambos cónyuges se enzarzan en un elaborado baile nupcial tras el cual se dirigen al lugar escogido (una hoja ancha, una piedra dispuesta verticalmente o el mismo cristal del tanque) para depositar sus huevos. Tras la puesta los padres se afanan en limpiar y airear los huevos constantemente, tarea que realizan por turnos mientras el desocupado vigila que nadie se acerque demasiado. Los huevos eclosionan en unos 3 - 4 días, y los alevines son en todo momento custodiados por sus padres, que además les proporcionan su comida finamente trituada para que coman. Crecen con bastante rapidez y deben separarse de los adultos al cabo de 1 mes de su nacimiento. Aunque no es recomendable, pueden criar también en un acuario comunitario, aunque la viabilidad de las crías es mucho más baja y es muy normal que los propios padres las acaben devorando ante la imposibilidad de defenderlas (espectáculo nada agradable) especialmente si el acuario está demasiado poblado o son constantemente acosados por sus compañeros. Es indispensable mantener en todo momento el agua en óptimas condiciones.


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