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miércoles, 8 de mayo de 2013

Pseudochromis Fridmani - Perca magenta de ojos azules

Cada vez más popular en los acuarios domésticos por su expléndido colorido, su resistencia y su particular modo de vida, este pez es actualmente uno de los pocos que se reproducen en cautividad, y por ello, bastante más barato y fácil de encontrar en los comercios especializados.
Su hábitat natural comprende las zonas comprendidas entre el Mar Rojo y el golfo de Aqaba, en lagunas y aguas someras, fuertemente agitadas y bien oxigenadas, en profundidades comprendidas entre 1 y 60 metros. Suelen encontrarse cerca de encueves y recovecos en rocas, conchas vacías e incluso se le puede encontrar entre los restos de barcos hundidos, ánforas y también en el interior de latas y botellas de todo tipo, escondites de los que no se alejan más de un metro y que pasan el día limpiando y apartando los granitos de arena que se cuelan en su interior.
Fuente: www.reefkeeping.com
Presentan una morfología muy parecida a muchos cíclidos africanos de los grandes lagos, con un cuerpo poco comprimido lateralmente, unas aletas medianamente rígidas y manejables, unos ojos de gran tamaño y una descomunal boca protáctil con la que pueden engullir presas de tamaño considerable. Su rasgo más característico y atractivo es su intenso color magenta brillante, cuya fuerza es directamente proporcional a las condiciones de mantenimiento. A excepción de los ojos y la aleta dorsal, que son azules, el resto del cuerpo es de este color, si bien el extremo de la aleta caudal y las pectorales son incoloras. Lo que distingue a esta especie de otras del género (muy similares, todo hay que decirlo) es la franja azulada que atraviesa sus ojos desde la mandíbula superior. Son hermafroditas, lo que significa que nacen todos del mismo sexo y, a medida que crecen y según las necesidades, canvian de sexo varias veces en su vida. Tienen un tamaño máximo de 6,5 cm, lo que los convierte en los inquilinos ideales de acuarios de escasa envergadura, los machos son más grandes que las hembras y pueden vivir hasta 6 - 7 años en un acuario.
Fuente: www.enidrio.gr

Son peces resistentes y adaptables que no suelen presentar problemas para aclimatarse a un acuario, algo que sí suele pasar con peces salvajes. El acuario idóneo para ellos debe tener una capacidad mínima de 150 - 200 litros, aunque se sienten igualmente cómodos en recipientes mucho más pequeños (incluso de menos de 20 litros), y debe contar con abundantes escondites a base de rocas, adornos de todo tipo o conchas vacías. Dada su costumbre de escarbar en el sustrato es mejor que éste tenga una granulometría más bien fina, aunque se las apañan para mover, uno por uno, granitos de arena de hasta 3 o 4 mm de diámetro, actividad muy divertida de observar. El agua debe estar fuertemente agitada y oxigenada a la vez que bien purificada y saneada, algo a lo que ayuda muchísimo la presencia de algas verdes. Es común que durante sus primeros días en el acuario apenas salgan de sus escondites por timidez, situación que debe mejorar al cabo de una semana aproximadamente, cuando empiezan a salir para comer. Si se les mantiene en buenas condiciones se muestran en cualquier momento del día, nadando enérgicamente por todos los rincones del acuario. Son hermafroditas, lo que significa que nacen todos del mismo sexo y, a medida que crecen y según las necesidades, canvian de sexo varias veces en su vida.
Fuente: www.aquariumbg.com

Para alimentarlos no suele haber ningún problema, pues son tremendamente voraces, lanzándose como torpedos a cualquier alimento que se les suministre, si bien durante los primeros días en el acuario se les debe proporcionar alimento vivo que estimule su apetito y los ayude a ser menos tímidos. A pesar de ser extremadamente rápidos cogiendo el alimento, se sienten intimidados ante peces más grandes o con demasiado carácter. Aceptan sin reparos cualquier alimento una vez aclimatados: Escamas, granulado, liofilizado, congelado y vivo. También se comen los alimentos vegetales para peces de agua dulce y pueden llegar a comerse a los crustáceos que haya en el acuario si son demasiado pequeños o la alimentación no es adecuada.
Fuente: www.aquamoldova.com

A pesar de ser tímidos y asustadizos no dudan en ningún momento en espantar a cualquier intruso que se acerque demasiado a su agujero, especialmente cuando crían. Se les puede asociar perfectamente con otros peces tranquilos de mediano tamaño, evitando siempre peces demasiado grandes o con carácter que los intimidarían y podrían incluso dejar de comer hasta morir. Es muy común que persigan y muerdan a los peces recién llegados, sobre todo si son de su mismo tamaño o menores que ellos, por lo que es necesario, como con casi todos los peces marinos, introducir a todos los habitantes a la vez. En caso de querer mantener a una pareja hay que introducir a los cónyuges al mismo tiempo y en sus fases más juveniles. Una buena agrupación sería, por ejemplo, en compañía de algunos peces payaso (A. Ocellaris, A. Percula, etc...), damiselas (C. Viridis, D. Aruanus, ...) y lábridos (P. Hexataenia, L. Dimidiatus, ...), evitando a los gobios, mandarines y otros peces de cueva, con los que compiten directamente por el territorio, así como con otros peces de su familia.
Fuente: www.acuarioadictos.com

Es de los pocos peces marinos que se reproduce en cautividad con relativa facilidad, aunque es algo más complicado conseguirlo que en el caso de los peces payaso o los apogones. La pareja se establece durante la fase juvenil, permaneciendo unida hasta la muerte de uno de los peces, en cuyo caso el viudo busca a otra pareja para perpetrar la especie. Si se mantiene el agua en buenas condiciones (libre de nitrógeno y con la densidad y la temperatura ideales, 1.020 a 1.022 y 25 - 27 ºC) la pareja escoge un lugar resguardado, que limpia a conciencia antes de realizar la danza nupcial, muy enérgica y agitada, tras la cual la hembra pone varios centenares de huevos que son, acto seguido, fecundados por el macho. Este se encarga en solitario de cuidar la puesta, mientras que la hembra debe permanecer lo más lejos posible del lugar de nidificación para impedir que el macho la ataque sin piedad (es mejor pasarla a un acuario a parte). No hace falta decir que el macho se muestra extremadamente violento durante este periodo, y puede incluso matar a otros peces que se acerquen demasiado. Los huevos eclosionan en 5 días, y las larvas son custodiadas por el macho durante una o dos semanas, durante las cuales se alimentan de alimento corriente que el macho tritura para ellos (aunque no está de más darles rotíferos y otros alimentos más sustanciosos). Pasado este tiempo el macho se desentiende de los alevines, y puede llegar a comérselos, por lo que deben ser separados de él. Una vez pasados unos días después de separar al macho de los alevines se puede introducir de nuevo a la hembra.
Pez resistente, aunque es muy sensible a la exoftalmia (visible por una inflamación y blanqueamiento de los ojos), y al Oodinium, llegando a recaer varias veces si no se eliminan del agua los motivos de la enfermedad. Es también sensible al cobre en dosis excesivas.


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