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lunes, 13 de mayo de 2013

Carassius Auratus - Goldfish

Sin duda este es el pez de acuario más conocido en todo el mundo y el más mantenido en acuarios y estanques. Se trata de peces muy llamativos por sus increíbles variaciones de color, sus formas y aspectos extraños pero atrayentes, su comportamiento en un acuario y, especialmente, su resistencia a muy variadas condiciones acuáticas y a desviaciones extremadamente bruscas de los parámetros acuáticos. La primera variedad de Goldfish (la común) nació en Japón (la cuna de los Goldfish) a partir de una mutación de la Carpa salvaje (Carassius Carassius), perdiendo los característicos barbillones y cambiando su color verdoso por el naranja intenso. Después siguieron otras, como la cometa, cola de abanico, cola de velo, escama de perla, telescopio y muchas más, hasta el punto que hoy existen ya casi un centenar de variedades, algunas de ellas muy atrayentes y buscadas. Aunque no se originaron en la naturaleza, su capacidad de adaptación a las más diversas condiciones acuáticas y a las temperaturas elevadas y frías hace que sean capaces de adaptarse a aguas libres (principalmente lagos, embalses y estanques, pero según la variedad, incluso en ríos de caudal medio), y de hecho ya hay varias colonias asalvajadas en todo el mundo debido principalmente a la suelta indiscriminada de muchos aficionados. A pesar de que decoran mucho cualquier sistema acuático con sus bellos y deslumbrantes colores, son un verdadero desastre para las especies autóctonas al devorar huevos y alevines de otras especies (incluso peces adultos de especies enanas), las plantas acuáticas en las que frezan y hasta devoran renacuajos y larvas de insecto, por lo que merman considerablemente la biodiversidad existente resultando una seria amenaza para la estabilidad de los ecosistemas. Nadan en grupos más o menos importantes, sin pez líder, en todos los niveles del agua, principalmente cerca del fondo donde encuentran alimento en abundancia. Mantenidos en buenas condiciones, algunas variedades llegan a medir 45 cm y vivir hasta 40 años (el récord mundial corresponde a un común que vivió hasta los 41 años).
El dimorfismo sexual es muy difícil de ver en peces jóvenes, aunque en los adultos, los machos se distinguen por tener la cavidad anal formando un surco, mientras que en las hembras el canal excretor está orientado hacia afuera. Durante la estación reproductora los machos se distinguen por la presencia, en sus opérculos, de pequeños granitos blancos denominados tubérculos reproductores. Las hembras no presentan esta característica aunque su abdomen está más hinchado que el de los machos por la presencia de huevos en su interior.


Existen distintas variedades:

COMÚN: Cuerpo comprimido lateralmente, que se vuelve más cilíndrico con la edad, y aletas cortas gruesas que les permiten nadar con rapidez. Boca protáctil provista de pequeños labios. Son los más resistentes y crecen hasta los 35 cm. Se encuentran en color naranja, amarillo, rojo y blanco monocromáticos o con jaspeados blancos.
COMETA: Se diferencian del común en que sus aletas son mucho más largas y finas. Son tan resistentes como el común y crecen hasta los 40 cm. Se encuentran en color rojo, blanco, amarillo, marrón, negro y en mezclas (cálico).
FANTAIL O COLA DE ABANICO: Cuerpo rechoncho y ovalado. Aleta caudal doble y muy bifurcada. son muy resistentes y crecen hasta los 25 cm. Se les puede encontrar en muchos colores, principalmente en naranja y amarillo, pero también en blanco, negro y cálico.
TELESCOPIO: Cuerpo ovalado y rechoncho, con aleta caudal doble y muy bifurcada. Se distinguen por sus ojos grandes y globosos, que sobresalen muchísimo de la cara. Son poco resistentes al frío extremo y a la contaminación del agua, pierden fácilmente los ojos por un golpe, una rozadura o un ataque de otro animal, y crecen hasta los 20 cm. El principal color disponible es el negro monocromático, aunque también se encuentran en amarillo, rojo, naranja, blanco, panda (blanco y negro), cálico, ...
ORANDA: Cuerpo muy robusto, rechoncho y ovalado, con aletas muy grandes, siendo la caudal doble y bifurcada. Presentan, en la cabeza, unas excrecencias carnosas parecidas a un cerebro que, según el caso, pueden cubrir por completo los ojos y las branquias. No son ni demasiado delicados ni demasiado resistentes, resintiéndose rápidamente en aguas excesivamente sucias. Crecen hasta los 35 cm y estan disponobles en muchos colores: Naranja, cuerpo blanco y cabeza roja (red cap o boina roja), negro monocromático, panda (blanco y negro), marrón monocromático (chocolate), ...
ESCAMA DE PERLA: Cuerpo muy ovalado (casi circular) y abultado, con aletas muy pequeñas y rígidas y escamas grandes, brillantes y redondeadas que presentan una cúspide blanca brillante. Las escamas se pierden fácilmente por rozaduras y ataques de otros animales y no vuelven a crecer con el brillo anterior. Son muy sensibles a la contaminación y a la enfermedad de la vejiga natatoria. Nadan muy mal y son es nada adecuados para principiantes. Crecen hasta 20 cm y se encuentran en color blanco, naranja, verde claro, cálico, ...
SHUBUNKIN: Igual que el común y el cometa, aunque con aletas intermedias entre estas dos variedades y cuerpo más alargado que el de estas. Bristol: Cola en forma de corazón, Americano: Aletas de medio tamaño y London: Aletas algo más alargadas que el americano. La variante más frecuente es la americana. Son muy resistentes, crecen hasta los 25 cm y únicamente están disponibles en color cálico.

HAMANISHIKI: Similar al escama de perla, pero con aletas más grandes y un par de bolsas simétricas llenas de líquido en la cabeza. Son bastante delicados y crecen hasta los 20 cm. Estan disponibles en amarillo, naranja, blanco, negro, cálico y otros muchos colores más.
RANCHU: Cuerpo más o menos ovalado y rechoncho, sin aleta dorsal y con aletas muy pequeñas, por lo que nadan mal. La zona cercana al pedúnculo caudal está doblada hacia abajo y pueden presentar pequeñas excrecencias carnosas en la cara y la cabeza aunque no muy grandes. Son bastante resistentes y crecen hasta los 20 cm. Se encuentran en casi todos los colores corrientes.
CABEZA DE LEÓN: Muy similar al Ranchu, diferenciándose en que la zona adyaciente al pedúnculo caudal no está tan doblada. Las aletas son pequeñas, el cuerpo más rechoncho y siempre presentan grandes excrecencias en la cara y la cabeza, que en muchos casos tapan los ojos y las branquias. Son menos resistentes que los Ranchus y crecen hasta los 25 o 30 cm. Estan disponibles en casi todos los colores comunes.
DEMEKIN: Se trata de ejemplares de la variedad Telescopio con los lóbulos de la aleta caudal totalmente orientados hacia arriba, lo que les da la apariencia de una mariposa. Esta característica se ha transmitido a otras variedades. Requieren los mismos cuidados que los Telescopios comunes, aunque nadan peor que estos. Crecen hasta 18 cm y están disponibles en la mayoria de colores posibles.
WAKIN: Muy similares a los comunes, de los que se diferencian por poseer un cuerpo más alargado y una aleta caudal doble y bastante pequeña. Son tan resistentes como los comunes y crecen hasta los 45 cm. Sólo estan disponibles en color rojo con manchas blancas y son muy apropiados para estanques.
JIKIN: Se trata de ejemplares de Wakin con el cuerpo mucho más corto y aletas más redondeadas, siendo la caudal doble. Sólo se pueden encontrar ejemplares con el cuerpo blanco y la aletas amarillas. Son extremadamente sensibles a la contaminación y a las variaciones bruscas de los parámetros acuáticos y crecen hasta los 25 - 30 cm.
TOSAKIN: Son los más raros y difíciles de encontrar. Se trata de ejemplares de Fantail o Ryukin con aleta caudal doble y lóbulos muy anchos y extendidos, siendo los inferiores muy alargados y doblados hacia la cara, lo que les proporcionan un bello aspecto vistos desde arriba. Nadan fatal, son los más delicados de todos y crecen hasta los 20 cm. Se encuentran en casi cualquier coloración disponible.
RYUKIN: Presentan un cuerpo muy robusto y ancho, con una joroba justo detrás de la cabeza que se extiende hasta casi el pedúnculo caudal, dándoles una altitud considerable. Sus aletas son generalmente grandes aunque se encuentran algunos con aletas muy pequeñas. Son algo menos delicados que los Fantail y crecen hasta los 25 cm. Se encuentran en todos los colores posibles.
COLA DE VELO: Son ejemplares de Fantail o de Ryukin que poseen aletas desproporcionadas y muy alargadas, en ocasiones llegando a medir tanto o más que el cuerpo del pez. No toleran altas concentraciones de nitrato, son muy sensibles a las variaciones bruscas y crecen hasta los 20 cm. Se pueden encontrar en prácticamente todos los colores disponibles.
OJOS DE BURBUJA: Se trata de ejemplares sin aleta dorsal, con el cuerpo alargado y con poca altura, aletas medianas y una bolsa llena de líquido detrás de cada ojo, que presentan un aspecto globoso y llegan, en ciertos casos, a desplazar los ojos del pez hacia adelante. Estas bolsas se rompen fácilmente, reponiéndose de nuevo pero sin el mismo aspecto anterior. Son bastante delicados y crecen hasta los 18 cm. Se encuentran en pocos colores, principalmente naranja, blanco, negro y gris - verdoso.
CELESTIAL: Se trata de ejemplares de ojos de burbuja desprovistos de ellas, pero con los ojos propios de un Telescopio orientados hacia arriba. Necesitan los mismos requerimientos que los Telescopios y crecen hasta los 15 cm. Están disponibles en naranja, rojo y pocos colores más.
POMPÓN: Se trata de ejemplares Fantail o Cabeza de león con dos masas carnosas de pequeño tamaño cerca de los orificios nasales. Dichas carnosidades se desprenden fácilmente y no se regeneran. Son muy delicados y crecen hasta los 20 cm. Está disponible en casi todos los colores posibles, y los pompones se pueden ver en otras variedades.
NINFA: Son ejemplares de Fantail con una sola aleta caudal en lugar de dos. Crecen hasta los 20 cm y son muy resistentes. Se encuentran en casi todos los colores disponibles.

Además de estas hay muchísimas más consistentes en combinaciones de todas las anteriores, sin sumar las nuevas que se obtienen cada año.
Cuando de mantenerlos en acuarios se trata hay un sinfín de opciones y métodos, algunos de ellos francamente torturantes para estos peces. Todo el mundo conoce las célebres peceras de bola en la que se mantienen a estos peces desde su fase más juvenil, y se pusieron de moda hace muchos años debido al cine, a la televisión y a la publicidad visual. Aunque a simple vista estas peceras parecen el hogar ideal para un Goldfish (de hecho fueron las percusoras de los acuarios modernos y equipados de la actualidad), en realidad se trata de auténticas salas de tortura debido principalmente a la ausencia de aireación en su interior. Los Goldfish necesitan muchísimo oxígeno debido a su complicado y excesivo metabolismo (consumo que se multiplica a temperaturas elevadas), por lo que la ausencia de este les provoca trastornos de distinta gravedad (raquitismo, pérdida de apetito, dejan de moverse y, el signo más evidente de que algo va muy mal: Boquean desesperadamente en la superfície). El reducido espacio de estos recipientes, muchas veces más reducido aún por la arena y los adornos, hace que no puedan crecer y desarrollarse, lo que les produce deformaciones de los órganos internos y a la larga una muerte prematura. Otro de los problemas más frecuentes de estas peceras redondas consiste en la ausencia total de cambios de agua o un cambio total cada semana o cada mes. Ambas formas de renovación destruyen por completo el precario equilibrio acúatico haciendo que los peces enfermen rápidamente y mueran. Además, la acumulación de residuos, desechos y heces de los peces eleva las tasas de compuestos tóxicos (nitrito y amonio principalmente) hasta niveles muy por encima de lo recomendable. En resumen: Nunca se debe meter a un Goldfish en una pecera de bola, pues se le condena a una muerte lenta y dolorosa, si bien algunos ejemplares de las variedades más resistentes llegan a sobrevivir incluso más de dos o tres años en estas condiciones.
Partiendo de la base de que quien esté leyendo esto está interesado en mantener a estos preciosos peces en buenas condiciones, se debe presuponer un acuario de gran tamaño y equipado con potentísimos sistemas de aireación y filtración para mantener el agua siempre en buen estado. Cada Goldfish adulto necesita un mínimo de 40 litros por pez (siendo menor en caso de una filtración muy eficiente y mucho mayor en caso de filtracion inadecuada) y, como es recomendable mantenerlos en grupos de unos 4 o 5 individuos, un acuario de 250 - 300 litros resulta ideal. Como tienen mucho gusto en excavar en el sustrato para buscar comida es muy recomendable que este sea de granulometria media y tenga un espesor mínimo de 4 cm. Por esta costumbre que tienen, las plantas naturales enraizadas duran poco en su sitio, plantas que, además, son devoradas, por lo que deben der de hojas duras y no enraizadas (Anubias, Microsorum Pteropus, Musgos, ...). Según la variedad que se mantenga el movimiento en el agua debe ser más o menos importante: Para las variedades de cuerpo comprimido y con una sola aleta caudal el movimiento debe ser de moderado a fuerte, y para las de cuerpo ovoide y aleta caudal doble debe ser escaso o, en algunos casos, casi nulo. Un difusor de burbujas finas es indispensable para que puedan tomar todo el oxígeno que necesitan. No les importa en absoluto la decoración y pueden vivir perfectamente sin un termocalentador a menos que convivan con algún pez tropical compatible. Las condiciones acuáticas son poco importantes: pH entre 5 y 9, dureza entre 0 y 50 ºdGH, temperatura entre 1 y 35 ºC (mejor entre 15 y 23 ºC), llegando a tolerar unos 300 ppm de nitratos y hasta 50 de nitritos y amoniaco (mejor mantener estos últimos a 0 y el nitrato nunca por encima de 20 ppm). Según la variedad, estas condiciones varian considerablemente, tolerando algunas de ellas variaciones bruscas de las mismas.
No son nada exigentes en lo que a su alimentación se refiere: Se comen cualquier cosa comestible que caiga al agua, probándolo antes para ver si es de su agrado, en cuyo caso es ingerido rápidamente. Los ejemplares de más edad llegan a comer frutos secos, pipas de girasol con cáscara, carne de pescado, cerdo, vacuno (crudas y cocidas), palomitas, golosinas, bollería con especias, ... Aunque su dieta debe estar compuesta por grandes cantidades de vegetales (verduras cocidas o crudas bien lavadas, guisantes, pastillas y escamas de Spirulina, ...), de lo contrario se comen las plantas acuáticas y las flotantes, algo que se puede incluso eliminar alimentándolos con muchos vegetales. Una ausencia grave de proteínas vegetales les produce obstrucción intestinal y la consecuente aparición de la vejiga natatoria, algo a lo que son muy propensos, y es evidente debido a la imposibilidad del pez de hundirse, quedando frecuentemente con el vientre orientado hacia arriba y, en los casos más graves, llegando a quedarse a flote casi todo el tiempo. El resto de alimentos pueden ser proteínas animales pero sin excederse en las grasas. Aceptan escamas, gránulos, vivos, congelados y liofilizados, y aunque les gustan de cualquier tipo, es mejor darles los específicos para Goldfish.
En el aspecto social, se trata de peces muy pacíficos y amigables que raramente se muestran agresivos hacia otras especies, aunque son el blanco principal de peces agresivos y de su tamaño, especialmente de los cílclidos, que los consideran como rivales potenciales y los atacan reiteradamente hasta acabar con ellos, por lo que no se les debe mezclar. Tampoco deben mezclarse con otras especies territoriales como Guramis y Bettas, pues los atacan principalmente en los ojos hasta matarlos. Peces demasiado pequeños como Neones o Guppies se convierten en alimento para los Goldfish, y los Guppies tienen, además, el defecto de que son muy dados a morder las aletas de los Goldfish, así como el resto de peces de la família de los Poecílidos. Los peces ventosa como Hypostomus spp., Panaque spp. y Gyrinocheilus aymonieri son muy peligrosos por su costumbre de asirse a los flancos de los Goldfish y chuparles la mucosa protectora. Los únicos peces tropicales apropiados para vivir junto a ellos son los Ancistrus spp., que no suelen molestarlos, y las Corydoras de gran tamaño, pues las pequeñas son devoradas. La asociación entre variedades de Goldfish también es importante: No se debe asociar variedades rápidas con lentas, pues estas quedarían desnutridas al moverse con lentitud, así como variedades de poca visión con otras más rápidas y con más agudeza visual por el mismo motivo. Es muy beneficioso mantenerlos en grupos de unos 5 o 6 individuos del mismo tamaño y variedades compatibles, pues viven mucho más a gusto. Un dato interesante es que, a temperaturas superiores a 25 ºC su actitud se invierte por completo, mostrándose mucho más activos, nerviosos e incluso agresivos hacia los demás peces, a los que pican y muerden las aletas. Esto puede evitarse manteniéndolos a temperaturas más bajas y, especialmente, no metiéndolos en acuarios tropicales.
Pueden reproducirse sin problemas en un acuario o en un estanque por dos métodos. El primero es el desove natural, que comienza cuando la temperatura del agua empieza a elevarse y se sitúa entre 18 y 20 ºC. Las hembras son constantemente acosadas por los machos, que las golpean en el abdomen con sus tubérculos reproductores hasta las plantas u otros elementos tupidos para que desoven. Cada hembra puede expulsar hasta 400000 huevos, que son regados seguidamente por el esperma del macho. Los adultos se comen acto seguido todos los que no han quedado suficientemente escondidos, y los demás eclosionan al cabo de 2 o 3 días. Los pequeños alevines nunca se alejan de sus escondites, y se alimentan de cualquier cosa comestible que puedan encontrar. Crecen muy rápidamente y alcanzan los 8 cm durante su primer año de vida. Para conseguir el desove natural es necesario que los peces reproductores pasen un periodo de 5 a 6 meses de frío a temperaturas entre 1 y 10 ºC, pasado el cual se irá aumentando lentamente hasta 18 ºC, momento en el que se produce el desove. Los huevos deben ser separados de los padres para evitar el canibalismo de estos, al igual que los alevines. Se les puede alimentar desde su nacimiento con Artemia recién eclosionada o escamas finamente trituradas. El segundo método, más delicado pero con muy buenos resultados, es el desove manual, que consiste en sacar el esperma del macho y, acto seguido, los huevos de la hembra a un recipiente a parte del acuario principal y mezclarlos. Para realizar esta técnica son imprescindibles un pulso firme, un control muy absoluto de la fuerza y una paciencia de hierro, pues apretar con demasiada fuerza sobre los órganos de los peces puede reventarlos. Es un proceso muy estresante tanto para el macho como para la hembra, pero vale la pena. El periodo de reposo invernal es igualmente necesario para este procedimiento. Nunca se debe insistir en la presión si no salen o el esperma o los huevos.


1 comentario:

  1. Una nota excelente, he tenido carasius y los he criado, con ayuda de mi hijo que fue quuien hizo con éxito reproducción manual, abandoné pues pese a que son más fáciles de atender que los peces marinos y algunos tropicales, para mí era trabajoso, pero siempre disfruto de ver acuarios La nota me parece muy, muy buena e instructiva. Alberto Bazzano

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